Recitando, con la mediación de The Booksmovie y Zine
Prods., un canto querido de La marcha de 150.000.000, poema en el que
ya trabaja mi editor para una cuarta edición, y poema que estos meses
van cincelando, desde el lado de la música, los seres mágicos de
exquirla (Toundra + Niño de Elche).
Un canto que sigo cantando a partir de una intuición teológica de Fernando Belo, de un arañazo sobre quienes aún viven, de una palabra acerca del asesinado por el Imperio que volvió de entre los muertos.
Y de la memoria no perdida tras la matanza del Acteal.
Domingo de re/in/surrección.