Alta frontera de la poesía

 por Emilio Solá

Archivo de la Frontera,
abril de 2018

Poesía global, poesía total, poesía ecuménica o planetaria… Caudal incontrolable de una voz para la que no hay fronteras ni límites precisos – entre el más puro anarquismo y la teología de la liberación – para el caminar de la gente en ella, de continente en continente, entre océanos y mares, entre islas. La voz de Enrique Falcón se puebla de otras miles de voces que registra escrupulosamente, y cita y glosa con amplitud en los márgenes del poema o libro que lo contiene: “nombres propios, referencias históricas y citas usurpadas”; como si quisiera ilustrar la primera de estas citas marginales de Francis Ponge: “es el vínculo entre la palabra y el poder, el que obliga al poeta a buscar salida en lo real”.

 Entre ráfagas de versos de poetas encendidos que se apropia
Como un toro de hielo: así hizo gemir al viento, en uno de sus poemas, el poeta español Marcos Ana, quien hubo de pasar 23 años en prisión ininterrumpida en las cárceles franquistas” (p. 207).

O ráfagas de lucidez de teóricos variopintos…
Efecto secundario… J.M. Keynes: “El nihilismo de los mercados de capital sin regular convierte el empleo y el bienestar en un simple efecto secundario de la actividad de un casino” (p. 209).

O lugares y martirologios globales contemporáneos entreverados…
Sólingen. Localidad alemana donde cinco mujeres turcas murieron en un incendio provocado por un ciudadano alemán de ideología ultraderechista. Según estadísticas de aquella época, desde enero a mayo de 1993 se llevaron a cabo 747 delitos racistas, de los cuales 131 fueron incendios provocados” (p. 146).

Las notas marginales construyen otro poemario singular paralelo y solapado con el conjunto de los LV poemas o cantos del cuerpo principal del libro, en los que Falcón intenta sintetizar los infinitos fragmentos de vida y pensamiento elegidos como imposible guía de puzle dramático, si no pavoroso (...) [Sigue AQUÍ]